domingo, noviembre 09, 2008

Practica académica al puente de Bolivar en el Río Guaitara



Hoy domingo 8 de noviembre salimos de práctica con los estudiantes de la Cátedra Qhapaq Ñan. El objetivo era ir a conocer el Puente llamado de Bolívar en el Río Guáitara en el Municipio de Yacuanquer en Tacuaya. Salimos a las 8: 30 a.m., en dos carros con 10 estudiantes, el monitor, el conductor y la profe. Pasamos por la cabecera municipal de Yacuanquer camino de un sitio en la vía a Cosaca llamado cuatro esquinas, donde tomamos Rumbo a Tacuaya. La carretera va por la cuchilla de la montaña que cae al Guáitara, del lado derecho se ve Tasnaque y del izquierdo Chapacual, imponente paisaje.





Poco a poco vamos descendiendo el frió del día se va difundiendo y el calor va entrando poco a poco. Llegamos a la escuela de Tacuaya en donde dos señoras nos pidieron que las lleváramos hasta el final del camino, lugar donde vivían. Doña Carmen nos fue contando sobre el puente, al cual nos dijo que se llamaba de Bolívar, porque por allí habían pasado los ejércitos libertadores. Al llegar al su casa nos contó sobre la casa que se encontraba al final del camino a la que llamo de los Alemanes, ya que ellos la habían comprado a los herederos del Padre Rosero quien había sido su dueño anterior; allí están construyendo una escuela, para los niños de la vereda, ya que les toca caminar mucho para ir a la de Tacuaya. La casa es de Tapia pisada de dos pisos con un corredor externos en los dos pisos, se le notan los años y la carga de historia que tiene bajo su techo. Nos despedimos de doña Carmen y seguimos el camino hacia el final de la ruta; allí dejamos los camperos e iniciamos el descenso hacia el Guáitara, el camino inicia bordeando una cerca de tapia pisada.



El camino baja en quingos o en zigzag para aminorar la pendiente, lento y poco a poco vamos aproximándonos río; antes de llegar se nos une el hijo de Doña Carmen, su mamá lo había enviado para que nos guiara y no nos perdiéramos, porque abajo se pierde el sendero y es mejor ir con alguien, según nos dice.
El ruido del río se empieza a escuchar y a cada paso que damos se va volviendo mas fuerte, después de atravesar un sembrado de maíz desembocamos a el última terraza antes de llegar al río y desde allí vimos por primera vez el puente. Impresionante vista, perdido en medio de ese abrupto cañón, rodeado de montañas de fuertes pendientes se encuentra el puente. Caminamos el último tramo, el mas fuerte en su descenso, hasta llegar hasta el puente; ya los estudiantes habían llegado y caminaban mirando al río, leyendo las inscripciones que se encontraban hacia la zona media, en fin tratando de entender porque un puente en ese lugar apartado de todas partes.




Tomamos fotos, lo medimos, leímos las inscripciones, miramos el río, observamos la forma como fueron talladas, en fin disfrutamos un rato conociendo algo sobre “el puente de Bolívar” que según una inscripción que se encuentra a un lado fue construido en 1858; nace la pregunta será que Bolivar si paso por ese puente?



Finalizada la observación iniciamos la subida de 250 metros mas o menos hasta llegar a la casa de dos pisos de tapia. El ascenso fue lento para unos, menos lento para otros, al final todos llegamos al lugar desde donde habíamos partido.



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